10 Países para los Estados Unidos de Europa
Juntos han elaborado lo que el titular de la primera página del Die Presse describe como un "Plan para su transformación en un Estado Europeo."
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El ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, participó anoche en una cena organizada en Berlín, por su colega alemán, Guido Westerwelle, para intentar revitalizar el proyecto de Unión Europea. A la cena fueron convocados también los titulares de Exteriores de Polonia, Bélgica, Italia, Países Bajos, Portugal, Austria, Luxemburgo. Dinamarca, cuyo ministro no pudo acudir, estuvo representada a nivel de director general. También fue invitado el ministro francés, Alain Juppé, que excusó su asistencia, debido a la campaña electoral en su país,
Westerwelle ha seleccionado a los participantes de entre los ministros que considera declarados europeístas, y su objetivo es crear una especie de «club» que se empeñe en desarrollar fórmulas que permitan recuperar la ilusión por una Europa unida, en estos momentos de crisis. Este «Club de Berlín» celebrará, al menos, otras cuatro reuniones, con periodicidad mensual, para estudiar distintas iniciativas en esa línea.
El foro estaría abierto a que se incorporen ministros de otros países que tengan la misma preocupación, ya que la iniciativa causó, como suele ocurrir en este tipo de encuentros, algún resquemor en los países de la UE que no fueron invitados.
Los debates han partido, según fuentes alemanas, de la discusión sobre una mayor coordinación de la política fiscal y económica y los esfuerzos por la estabilización del euro y el crecimiento. A partir de ahí, se trataría de definir las lecciones que le quedan a Europa tras la crisis de la deuda.
Otros asuntos que pueden ser abordados a lo largo de las reuniones son los relativos al control de fronteras, la política de seguridad, la participación ciudadana y la transparencia en la adopción de las decisiones europeas. Al final del proceso, se presentará a la opinión pública un documento o manifiesto en el que se enumeren los problemas detectados y las posibles soluciones a los mismos.
El pasado fin de semana, en Copenhague, Guido Westerwelle defendió en la última reunión informal con ministros de Asuntos Exteriores que el Tratado de Lisboa no es suficiente para mantener la eficiencia estructural de la UE en la toma de decisiones. Por ello, se mostró partidario de reabrir el debate sobre la necesidad de promover una Constitución europea, una idea sobre la que no hay consenso entre los Veintisiete.
Somos un grupo de jóvenes cristianos que transmiten en el programa radial todos los sábados de seis a siete y media pm,en su emisora ESPERANZA Y VIDA la adoración a DIOS nuestro salvador
Este pasaje nos habla de varias cosas interesantes, entre ellas el hecho de que esta mujer virtuosa no solamente se ocupa de su casa y de sus hijos y de su esposo, sino que tiene otros intereses y ocupaciones.
. esta mujer trabaja desde su casa, es decir, nunca abandona su primer deber, que es ser el centro del hogar, sino que aunado a ello, desarrolla varias otras actividades que enriquecen su vida, tanto materialmente como en satisfacción por sus logros personales.
Mientras que el esposo trabaja fuera , ella se ocupa del hogar, aunque con mucha más amplitud que una mera ama de casa.Ella es administradora, una mujer de negocios, sabia para tomar decisiones, prudente, gana bien y tiene la libertad de disponer de sus ganancias como a ella bien le parece. Asimismo, supervisa y planea. Su responsabilidad es grande, pero su capacidad para enfrentarla también lo es.
La actitud de esta mujer es un ejemplo para toda mujer cristiana que desee desempeñar su papel de madre, ama de casa y esposa correctamente.
Desde el inicio (v. 10) se nos muestra cuán difícil es para el hombre hallar una mujer así, y para la mujer, ser así. Una mujer de este talante vale su peso en oro, literalmente en piedras preciosas.
Su esposo entiende la valía de ella, y confía plenamente en sus capacidades, ya que ella ha demostrado ser merecedora de toda confianza por la inalterable lealtad que tiene hacia a su esposo y sus intereses. Esta confiabilidad ella la ha ido ganando a pulso, a través del tiempo, y continúa en crecimiento. Además ha demostrado ser capaz de aumentar la prosperidad de él en el frente del hogar. El dinero que él le da y el que ella gana lo invierte bien, obteniendo ganancias que en el terreno económico traen seguridad a la familia.
Para ella, trabajar con sus manos es un placer: no teme “ensuciarse las manos”. Trabaja no solamente con diligencia, sino también con buena voluntad, sabiendo que sus esfuerzos están bien empleados. No hace las cosas porque la obligan, sino porque desea hacerlas. Su motivación es el amor que le tiene a su esposo, a sus hijos y a su hogar, por lo que se siente feliz haciendo lo que hace.
Su sagacidad para hacer tratos ventajosos es tal, que tiene dinero suficiente para comprar tierras. Pero no compra sólo por hacerse de más posesiones, sino viendo la manera en que estas nuevas inversiones produzcan a su vez. Probablemente uno de sus intereses es proveer de más empleos a la gente de la localidad, así que su prosperidad no es egoísta, sino que se extiende a todo el ámbito en el que vive.Como todo ser humano, se cansa, pero saca fuerzas de donde puede para proseguir, pues se deleita en ver lo bien que van sus negocios.
Es una mujer femenina, a pesar de su asertividad y su arrojo; y en sus ratos de descanso, continúa laborando, aunque en ocupaciones más pausadas, pero igualmente productivas. Su día no termina temprano, pues entre más cosas haga, mayores serán sus satisfacciones. No le gusta estar ociosa.
A pesar de que tiene mucho en qué ocuparse, y que es rica, no olvida que hay personas que están necesitadas, y de sus mismas ganancias reparte a los pobres, mostrando así su compasión y su lado humano.
Es una mujer precavida, que no espera a que llegue el invierno para pensar en mantener caliente a su familia: se anticipa a las necesidades, y nunca se encuentra con que algo le falta.
También es una mujer consciente de su posición, pues se viste a la altura de su rango, especialmente porque desea agradarle a su marido, y para no desmerecer ante la gente que está al tanto de lo que ella hace, puesto que su carácter y sus acciones se reflejan en su esposo, que tiene una buena reputación por sí mismo y gracias a ella también.
Es una mujer reconocida por sus cualidades, entre las cuales se encuentra el honor, la fuerza, la sabiduría, la previsión, la clemencia, y la toma de decisiones acertadas, además de muchas otras ya mencionadas.
Su esposo y sus hijos la alaban, se sienten orgullosos de ella, y la aman por lo que es y la aprecian por lo que vale. Pero el secreto de todo su valor es que su corazón está cimentado en una relación con Dios, a Quien reconoce como la fuente de todo lo que ella tiene y todo lo que ella es. Es este reconocimiento de Quién es el Señor el que permite que ella se comporte como una mujer verdaderamente virtuosa, porque su virtud está íntimamente ligada con el Poseedor de todas las virtudes. La vida de ella solamente es una demostración de lo que el conocimiento personal de Dios puede hacer en una persona que está dispuesta a vivir su vida como El quiere que la viva.
Una mujer así vale más que las demás porque su atención no está en las cosas materiales ni en su propia hermosura, sino en agradar al Señor. No es imposible ser como ella, antes bien, está al alcance de toda mujer que ponga a Dios en primer lugar en su vida, y acomode el resto de sus prioridades alrededor de El, en el orden correcto de acuerdo al diseño de Dios. Sus hechos hablarán a grandes voces acerca de lo que está en su corazón. Al fin y al cabo, la fe sin obras está muerta (Stg 2:26), y las obras realizadas por la razón equivocada no valen nada.
Que la motivación de nuestra vida sea hacer las cosas de la manera que le agraden a Dios, sabiendo que hacer Su voluntad es la mejor manera de vivir y contarnos dichosas. “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; 24sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís” (Col 3:23,24)